martes, 28 de octubre de 2014

Esperanza

Soy la mayor de 3 hermanos, mis dos hermanos menores son la Esperanza alias la Pepi y el Amaro alias el pollo, pero en esta entrada les contare sobre la Pepi.

La Pepi nació un 8 de Enero de 1996, blanca como la nieve, pelo negro, cachetona y unos ojazos cafés, yo tenia 4 años cuando nació y con cierto recelo de saber que tendría que compartir el amor de mis padres con este nuevo ser. Cuando nació paso muchos días en el hospital y yo no entendía el porque, luego ya en casa me explicaron bien que es lo que pasaba con ella:

-Tu hermana nació con unos pequeños problemas y sera una niña diferente, necesitara mas cuidados pero esto no significa que no te amamos, me dijeron mis padres.

- Diferente, como diferente?, pensé.

Cuando la vi, era la bebé más blanquita y cachetona de todas, para mi se veía normal y inevitablemente le buscaba lo "diferente". A simple vista no se veía aquello que mis padres me dijeron, lo diferente en ese minuto estaba en su cerebro y aún no era notorio en su cuerpo, ella tenia parálisis cerebral. 

La doctora le dijo a mi madre que ella nunca caminaría, que nunca sonreiría, que no nos miraría, que no sabría quienes eramos nosotros, que viviría prácticamente en otro mundo , que como máximo viviría 2 años, puras cosas negativas. Obviamente el mundo se le derrumbaba, que haría, como la ayudaba, como le daba una vida normal dentro de todo lo posible.

Pero hubo una luz de esperanza un día de Abril de 1996, mi mamá le hacia muecas y distintas cosas que le haces los padres a los bebés para estimularlos, ahí fue cuando la Pepi sonrió, como diciéndole "te entiendo, aquí estoy", esa pequeña y quizás insignificante sonrisa para algunos le dio una gran esperanza a mi madre.

A medida que fue creciendo sus diferencias fueron más notorias, estaba en silla de ruedas, no caminaba, pero reconoce a las personas, no hablaba como todos, pero había aprendido a decir algunas palabras e identificar a quienes iban dirigidas, "mamá", "papá", "agua", "guagua", por mi hermano y "miau" por el gato, pero nunca mi nombre. 

La Pepi ama la playa, ama andar en el auto paseando por la ciudad, odia las peleas, siempre tiene una sonrisa, siempre tiene esa mirada de paz interna que no le vez a cualquier persona. Ella entiende todo lo que uno habla, siempre esta atenta a lo que los demás conversan como una viejecilla chismosa, odia que uses el celular en la mesa, se las ingenia para quitártelo de las manos y si estas lejos te grita, intenta de ayudar a vestirla metiendo la mano en la polera o intentando subirse el pantalón, adora los dulces, pasteles, las tortas y odia el sushi, ustedes se preguntaran como si tiene parálisis cerebral, pues su daño es principalmente motor pero su capacidad de relacionarse con los demás aún existe y ella siempre encuentra la forma de hacerse entender, siempre.

Amo ver como a crecido, como ella es capaz de relacionarse con otros a pesar de su discapacidad, amo como es feliz con cosas tan sencillas como ir a la playa, su cara de felicidad al ver un pastel hasta su cara de enojo cuando este se acaba, la amo por que a pesar de todo siempre tiene una sonrisa, amo la paz de sus ojos, la amo hasta cuando no me deja dormir en sus periodos de insomnio, amo hasta las caras que me pone cuando le cuento mis problemas o le converso cualquier cosa, amo su risa, la amo aunque quizás jamas llegue a decir mi nombre, pero no es necesario se que ella me ama y eso lo vale todo.

Básicamente la amo por ser hermosamente diferente.













1 comentario:

  1. Qué bello, siempre será feliz porque siempre será niña. Me cargan los doctores: amo cuando el Tiempo tiene la palabra final y no ellos.

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